La casa que sobrevivío a la tragedía: La Petite Maison Blanche
La primera vez que llegué a la ciudad de Chicoutimi anduve deambulando por la ciudad sin un destino fijo. En ese entonces me encontré con el parque Le Bassin, ese lugar tenía algo particular, contaba con la petite maison blanche. Un monumento histórico que narra un acontecimiento trágico. Hoy en mi segunda vez en Chicoutimi quise hacerle un homenaje y un video.
La suerte de llegar tarde
Bueno esta historia se remonta en el año de 1890 cuando un joven llamado Elzéard se le ocurrió establecerse en uno de los primeros barrios de la ciudad. No creo que pensara que esa casita a la que llamaría hogar cumpliría ahora 134 años… o sí? Después de 57 años, la casa sufriría su primer descalabro cuando la noche del 26 de julio de 1947 la presa se desborda, esto a causa de una lluvia muy prolongada y que chismeando entre otras fuentes se dice que un empleado de Hydro-Québec olvidó abrir las compuertas de la presa y esta se vio rebasada (Se durmió en sus cabales el amigo). La casa sobrevivió, solo tuvo daños leves. Después de este ligero evento nuestro ahora dueño llamado Alyre decide dotar a su propiedad de cimientos más sólidos anclados a la roca. Quien sabe… tal vez mañana podría ocurrir algo similar.
Bueno, saltamos a través del tiempo al 19 de julio del año 1996, la presa se desborda nuevamente. Lluvias torrenciales. LO NUNCA VISTO!! Esta tormenta, este diluvio, este fin del mundo convertido en agua duró 4 días. En esos 4 días las cantidades alcanzaron los 275 mm en las regiones circundantes a Saguenay. Esta cantidad representaba el doble de lo que la región recibía en todo el mes de julio, ¡pero fueron recibidos en 4 días! Las casas, los edificios, las carreteras y puentes fueron arrasados; gravemente dañados. Resultado?
Diez muertes, la evacuación de 16,000 personas, 500 viviendas destruidas y se estimaron daños de 1,500 millones de dólares. ¡Una locura! y quien creen que sobrevivió a los torrentes. La Petite Maison Blanche. La protagonista de esta historia.
Así es, La Petite Maison Blanche se robó toda la atención de los medios. Bueno, no toda la atención pero era increíble de ver como esa casita sobrevivía día y noche. Los noticieros no lo podían creer. ¿Quién construyó esa casa? ¿Dios? ¿Algún arquitecto con visión premonitoria? ¿Tu tío el albañil experto en trabajar borracho?
La tragedia terminó y la casa sobrevivió a la inundación. Al siguiente año la casa pasó a formar parte del Estado y al año 2005 esta fue convertida en un museo. Nadie más que ella podía ser la contadora de esa tragedia, de esa inundación que pasaría a ser llamada Le déluge du Saguenay (en français s’il vous plaît).
Quién podría pensar que todo eso pasó donde mis pies estuvieron pisando. Cuántas cosas nos perdemos, cuántas cosas no fueron documentadas y ahora te atreves a posar tu bello trasero con la ignorancia de no saber qué pasó ahí.
Y como dice el video (que te dejo aquí abajo) yo ya me voy porque está haciendo un perro frío y mis manos ya no aguantan.
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