La suerte de llegar tarde

Odio creer que hay un destino. No importa de qué forma hagamos las cosas, el resultado será el mismo. Creo en el poder de las decisiones y el infinito mundo de probabilidades de hacer o no hacer algo. También, odio tener ese sentimiento de estarme perdiendo de algo. Oye, no te quedes en casa, ve y sal a la calle cuarta, del centro de la ciudad, del viejo bar que solías visitar de joven. Algo pasará. Algo te perderás. Algo te estás perdiendo.

¿Las casualidades son reales? ¿La suerte? ¿O ya es algo destinado en tu vida?

Qué casualidad que el día que viajé a La Baie del área de Saguenay me tuve que quedar dormido después de una noche de paseo por los bares de Chicoutimi. Lo que yo había planeado que sería un arribo matutino a eso de las 8 o 9. Se convirtió en una llegada a las 11 am. Qué casualidad que mi plan inicial era ir al Parc National du Fjord de Saguenay, por una recomendación de una compañera de trabajo, pero que, al pedir más información en algún grupo de Facebook, una señora me comentó que los senderos estaban cerrados y, en cambio, me terminó recomendando el sendero Eucher.

No puedo creer que al llegar tarde ya no me daría el tiempo de hacer la caminata del centro de La Baie a la cruz de la montaña y, en cambio, tuve que pedir un Uber que me llevará directo a la cima. Que extrañes que el chofer no siguió la ruta del GPS y me dejó en el inicio del sendero a pie en lugar de llevarme directamente a la cima por el camino de automóviles.

Que extrañes que decidí hacer un vlog a la cima y el audio del video salió dañado. Qué coincidencia que llevo un tiempo estudiando francés y pude pedirle a un señor que amablemente me tomará una foto con el paisaje.

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Qué coincidencia que, al detenerme a cambiar la pila de la cámara, una muchacha caminando a mi lado tiene una caída. Si yo no me hubiera detenido, ella no se hubiera caído. Si yo no hubiera llegado tarde, tampoco se hubiera caído… ¿o sí?

Me parece tan peculiar que, al ya estar en la cima, le doy la bienvenida en tono de broma al señor que me acaba de tomar la foto, él venía acompañado de su esposa. Paso a tener una de las mejores conversaciones que yo haya tenido con un quebecois. También es increíble que mi plan inicial era ir al fiordo… y ¡este señor era un guardabosque de aquel lugar!

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Si te dijera que me quede sin batería en la cima de la montaña y tuve que regresar el camino a pie, creo que sí me creerías. Primero, porque cualquier persona que me conozca un poco sabe que siempre olvido cargar el celular. También creo que me creerías si te digo que aquella pareja me atrapó a mitad de la carretera y me ofreció un aventón a la ciudad.

También mencionar que hay un queso famoso que se produce en esa ciudad, yo no lo sabía, pero la señora insistió a llevarme y terminó comprándome una bolsita de queso para que los probara. ‘‘Si no probaste el queso de Boivin es que no viniste a La Baie’’

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No me creerás si te digo que otro destino que quería visitar era la pirámide de Ha Ha! ¿Y quién crees que vive a un costado de ahí? Sí, la pareja de la que me hice amigo en la cima de la montaña por haber llegado tarde, haberle pedido una foto, haber aprendido algo de francés y quien camino a la pirámide me estarían dando un tour por la ciudad.

Me dejaron enfrente del museo de Fjord y me indicaron algunos lugares donde podría ir antes de partir. Elegí ir a una cafetería que estaba justo enfrente. Si ya sabes por aquella cuestión que me había quedado sin batería. Y más raro aún, que el lugar estaba completamente solo, el dueño era el único trabajando ahí, quien después de conversar un poco y haber comido un bagel con queso filadelfia, resultó que se encontraba en búsqueda de un cocinero y por coincidencia yo cumplía el perfil que él buscaba. Y que ahora tenía yo una oferta de trabajo para el siguiente verano.

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Terminé visitando todo lo que quise, conocí gente increíble, tengo una oferta laboral para el siguiente verano, probé ese famoso queso que no sabía que existía y todo por la extraña razón de haber llegado 2 horas tarde y no haber cargado el celular.

¿Qué hubiera sido de mí si hubiera hecho todo conforme al plan?

Destino, casualidad o suerte. Mi madre dice que tengo un ángel de la guarda. Yo reclamo que tengo una suerte que no me merezco. Lo que no tengo dudas es que una buena actitud para afrontar lo que te sucede en el camino puede mejor el viaje o la vida.

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“Tal vez parece que me pierdo en el caminoPero me guía la intuiciónNada me importa más que hacer el recorridoMás que saber adonde voy”

Magia – Gustavo Cerati

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